1 de Abril, 2024
Con este proyecto interdisciplinario que obtuvo el FONDART de actividades formativas, tres investigadores UC recorrieron la isla para construir este viaje sonoro, cocreado junto a estudiantes isleños de 8 a 14 años. Disponible en Spotify, el registro es un aporte patrimonial a la memoria inmaterial del archipiélago, y una invitación a explorar nuestro entorno más allá de lo visual.
Una polifonía. Un registro sonoro donde se oyen las indicaciones de los profesores. Se siente el graznido de aves a lo lejos, y aves a lo cerca. Los pasos de corridas caóticas entre el pasto. Preguntas como “¿pero qué tipo de sonido podemos grabar?”. Un gallo. Una campana. Un “profeeee”, y así, se van mezclando risas, silbidos, gotas de agua, el sonido de cómo llega el mar a la orilla, un “súbele el volumen”, un “¿me escuchas ahora?”: todo esto es parte de "Sonidos de Apiao", el nuevo documental sonoro realizado por el Laboratorio de Antropología y Arqueología Visual UC (LAAV UC).
Liderado por la audiovisual y sonidista Catalina Gómez, quien trabajó junto al antropólogo visual Gonzalo Barceló, y a la antropóloga y fotógrafa Sofía Rodríguez, este equipo del LAAV UC se propuso construir un proyecto de investigación que, además de interdisciplinario, también aportara en tres áreas específicas: desafiar el ocularcentrismo, que hace que privilegiemos la vista por sobre otros sentidos; cuestionar el adultocentrismo, para revalorizar la percepción desde las infancias, construyendo un registro colaborativo con menores de edad, y, además, generar un archivo patrimonial que sirva para capturar el ecosistema sonoro chilote, puntualmente en Apiao.
“Tenemos un patrimonio sonoro, tanto como tenemos un patrimonio material. En el ámbito del sonido, es algo que puede estar en constante cambio, con un patrimonio sonoro que se va tapando producto de nuevos sonidos que lo cubren. No es como un edificio que lo podemos preservar: el sonido es imposible de preservar si no es a través de un registro, y por eso fue tomando sentido para nosotros investigar esa importancia antropológica de lo sonoro y sus cambios”, cuenta Catalina Gómez, quien se encargó del montaje en la fase de edición.
“Tenemos un patrimonio sonoro, tanto como tenemos un patrimonio material. En el ámbito del sonido, es algo que puede estar en constante cambio, con un patrimonio sonoro que se va tapando producto de nuevos sonidos que lo cubren. No es como un edificio que lo podemos preservar: el sonido es imposible de preservar si no es a través de un registro, y por eso fue tomando sentido para nosotros investigar esa importancia antropológica de lo sonoro y sus cambios”, cuenta Catalina Gómez, quien se encargó del montaje en la fase de edición.
Si el proyecto ya sonaba a una alta misión, con tan solo llegar a la isla pudieron dimensionar lo hermético que era este territorio.
Tras obtener el FONDART regional de actividades formativas en 2023, comenzaron ese proceso de campo.Ya habían hablado previamente con Giovanna Bacchiddu, profesora de Antropología UC, quien lleva 20 años investigando Chiloé. Gracias a su colaboración, supieron que Apiao era el sitio ideal para el proyecto: una de las partes más aisladas del archipiélago, con acceso reciente a internet, parecía un rincón chilote que comenzaba a recibir los cambios tecnológicos, pero aún manteniendo la lejanía necesaria para poder hacer allí un registro sonoro sin mucha contaminación acústica.
El traslado implicó primero llegar al aeropuerto de Chiloé en octubre del 2023, salir de Dalcahue a Achao y de ahí a Quinchao, en una mezcla de bus, autos y taxis, y luego dos lanchas hasta Apiao. Una lancha que, además, no llegaba todos los días, porque de haber mucho viento no se permite la navegación hasta ese muelle.
“Llegamos a realizar las primeras presentaciones en las escuelas de Apiao: Metahue y Ostricultura. Fueron 4 días de taller, en los que partimos con ejercicios en clases para activar la escucha consciente y sensibilización del medio sonoro, y después hacíamos la salida a terreno, fuera de la escuela, recorriendo el lugar con estudiantes, para que grabaran los sonidos que les llamaran la atención. Era muy libre ese registro, y nos emocionaba ver a este grupo de niños y niñas, cómo jugaban, cómo proponían actividades, pensaban en texturas sonoras, cosas que cuando planificamos estos talleres no nos podríamos haber imaginado”, cuenta Gonzalo Barceló, también docente del Diplomado de Antropología y Creación Audiovisual UC.
¿Cómo suena Apiao?
Durante esa semana de trabajo de campo en las escuelas de Apiao -una isla de 600 habitantes-, este equipo del LAAV UC reunió a un grupo de 50 niñas y niños. El grupo iba entre los 8 y los 14 años, dado que la escolaridad en este sector llega solo hasta la enseñanza básica: después deben trasladarse fuera de sus hogares y vivir lejos de su entorno para seguir estudiando.
“Nos pareció interesante hacer este paisaje sonoro desde esta perspectiva local y colaborativa, pero que también les sirve a estos niños y niñas como un registro de su vida actual, de sus compañeros, y de este día a día que después se vuelve lejano, a medida que crecen y deben partir a estudiar afuera. Se van a dispersar, y este archivo sonoro es una manera de rememorar este lugar, una forma de volver a casa en el futuro. Que si están solos, puedan recordar dónde crecieron, y tener este acto de memoria”, describe Gonzalo Barceló.
Durante la fase de campo, y divididos según edad, se armaban equipos de 3 escolares, auto seleccionados, y cada persona tenía un rol: alguien se ocupaba de la grabadora, otro del audífono y un tercero apuntaba los sonidos con micrófono direccional, roles que iban rotando durante el trabajo en terreno.
El resultado fue unas 30 horas de grabación por editar, para construir finalmente el documental sonoro de los “Sonidos de Apiao”, que en 12 minutos traslada al oyente a este paisaje musical chilote, capturando tanto lo silvestre como la perspectiva local de sus habitantes.
Este registro patrimonial del archipiélago está actualmente disponible en Spotify, y también cuenta con material fotográfico.
“Como sociedad, hemos estado muy volcados a la predominancia de las imágenes. Enfocándonos en el sonido, se abre una nueva forma de conocer el mundo y de explorarlo. También, quisimos montar una exposición fotográfica, para mostrar el proceso de creación de las y los estudiantes. Montamos un espacio en las escuelas de Apiao con esas imágenes, dejamos los audífonos y un QR hacia el documental sonoro, para que puedan revivir este registro. Este trabajo sonoro también es una forma de viajar a Apiao, que es un lugar aislado dentro del mismo Chiloé”, cuenta Sofía Rodríguez, antropóloga y fotógrafa del proyecto.
Puedes ver más detalles de este y otros proyectos del LAAV UC en su cuenta en Instagram.