Antropología UC colabora en la organización de taller sobre investigación genómica en Pueblos Originarios

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Entre el 2 y el 4 de junio se desarrolló en la Escuela de Antropología UC el Taller Genómica e Identidades en Chile, impulsado por el Grupo de Estudio Ciencia y Comunidades Originarias. En este colectivo participa el académico de Antropología UC e investigador CIIR, Felipe Martínez.

 


El Grupo de Estudios de Ciencia y Comunidades Originarias está conformado por un grupo de investigadores e investigadoras chilenas, indígenas y colaboradores internacionales, los cuales se desenvuelven en las áreas de genética humana, antropología biológica, bioarqueología, salud, y ética. Su objetivo es contribuir a la discusión y mejoramiento de los estándares éticos con los cuales se realizan las investigaciones genéticas con poblaciones originarias en Chile. Esto a través de proyectos educativos y comunicativos que mejoren el conocimiento de la población respecto a genética. Además, el grupo de estudio servirá como plataforma para promover colaboraciones equitativas entre comunidades indígenas e investigadores de forma que apoyen la soberanía de las comunidades.


“En sus raíces, la Antropología fue una ciencia colonialista. Para la antropología biológica no ha sido tan fácil salir de esta situación y nos llamaba la atención que había malas prácticas de recolección de muestras y de intercambio de datos, poco éticas, que estaban generalizadas. Aquí nace la pregunta sobre qué se puede hacer al respecto para mejorar esta situación”, indica Felipe Martínez acerca de cómo partió esta iniciativa. Para este colectivo, una de las respuestas ante los estándares de investigación insuficientes es que las personas que participan en los estudios científicos tengan una voz más activa en torno a cómo se investiga. La idea es ir más allá del consentimiento informado: que las comunidades planteen sus propias preguntas.


Esta discusión comenzó a ensamblar el grupo de estudio, el cual está compuesto por los investigadores Constanza P. Silva, Constanza de la Fuente, Tomás González, Maanasa Raghavan, Ayelén Tonko-Huenucoy, Felipe Martínez y Nicolás Montalva. No obstante, el mejoramiento de las prácticas éticas trae aparejado algunos dilemas bastante complejos de resolver. “Si una comunidad con justa razón pide que sus datos sean completamente privados -además de anónimos como es el estándar- y que no se utilicen más de una vez, entonces se puede ver afectado el rigor del método científico al cual estamos acostumbrados y que requiere reproducibilidad como uno de sus pilares,” explica Felipe Martínez. Un abordamiento más adecuado del tema implicaría, por ejemplo, no solo informar el proceso previo de obtención de datos, sino también contar con un estándar de comunicación y entrega de resultados de las investigaciones, de sus desarrollos y de sus proyecciones posteriores. Los desafíos son tan variados que conllevan a analizar detalladamente cada caso que se presente.

Primeras acciones
En marzo de este año, el grupo de estudio publicó un artículo que ofició como carta de navegación, explicitando las principales preocupaciones que deben atenderse en la investigación genómica vinculada en comunidades indígenas. Este artículo pretende contribuir a la discusión centrándose en dos puntos principales. Primero, cómo la investigación genómica se beneficia oportunistamente de dos discursos supuestamente contradictorios de la retórica mestiza: una identidad nacional única y mestiza basada en el mestizaje y, por otro lado, el “purismo” indígena basado en la articulación de diversidad genética e identidades étnicas. En segundo lugar, situando esta discusión en el contexto sociopolítico chileno, donde ha sido escasamente abordado, sugiriendo estrategias para mejorar la participación de comunidades indígenas en investigación, contribuyendo a futuras directrices para la investigación genómica. Es una publicación que abordó la forma en que se plantean los discursos sobre las ancestrías genómicas continentales, que lamentablemente reifican los conceptos de raza sin considerar las limitaciones. “Ciertos discursos científicos han vuelto a esencializar la diversidad humana. Las ancestrías genómicas no son una representación completa de la variabilidad humana, no se puede sostener por ejemplo que si determinada ancestría tiene mayor asociación a cierta enfermedad, esa población estará condenada a padecerla”, aclara Martínez.


Como segundo proyecto, surgió el taller Genómica e Identidades en Chile. Este evento tuvo como objetivo transmitir conocimiento a las comunidades, específicamente sobre cómo se desarrolla la investigación científica en el ámbito de la antropología biológica. No se planeó un taller donde se enseñase genética sino más bien discutir acerca de qué se puede sacar en limpio de las investigaciones, qué no y qué se puede interpretar. La revista Science publicó una nota al respecto, pocos días después de la realización de este taller: Chile’s Indigenous peoples seek fairer partnerships with scientists.


En el largo plazo, el objetivo es que las comunidades cuenten con sus propios investigadores que puedan plantear preguntas de investigación atingentes a sus propias comunidades. Por esto, la estrategia es continuar desarrollando talleres de forma periódica, una vez al año, estimulando también a los y las investigadores jóvenes e incluso a los adolescentes para que estudien carreras científicas y vuelvan a sus comunidades.